Skip to main content
ES
Club

Se cumplen 25 años de la salvación milagrosa en Segunda

Los armeros estaban a 12 puntos de la salvación a falta de 6 jornadas de la temporada 1998-1999

El Eibar consumó una salvación milagrosa en Segunda A el 20 de junio de 1999 al combinarse su victoria por 3-0 al Toledo en Ipurua y la derrota del Mallorca B ante el Hércules.

Los armeros estaban a 12 puntos de la salvación a falta de 6 jornadas y ganaron los 5 últimos partidos de Liga para completar una espectacular remontada.

El Eibar, entrenado por Alfonso Barasoain, afrontó la última jornada de liga necesitado de una carambola para mantener la categoría. Era necesario que el propio Eibar ganara en Ipurua al Toledo y que el Mallorca B perdiese ante el Hércules. Todos los astros se alinearon.

El partido de Ipurua se decantó enseguida del lado local con los goles de Goyo (min.2), Iturrino (min.55) y Arenaza (min.80) y el partido concluyó 3-0. El público estuvo más pendiente de los transistores para segur el enfrentamiento entre Mallorca B y Hércules, que ya estaba descendido. El partido concluyó 1-3 en favor de los alicantinos.

Consumada la salvación in extremis se produjo una invasión del campo por parte del público de Ipurua para celebrar la permanencia por duodécima temporada consecutiva.

En la temporada 98-99 el Eibar tuvo tres entrenadores (Kike Ormaetxea las 16 primeras jornadas, Sepe Gallastegi de forma interina en la jornada 17 y Alfonso Barasoain de la 18 hasta el final) y el equipo estuvo en posiciones de descenso de forma consecutiva entre las jornadas 5 y 41 y fue colista durante tres jornadas.

Entre las jornadas 34 y 42, el Eibar ganó seis partidos y empató tres. Consiguió 21 puntos de los 47 de toda la liga en esos nueve últimos partidos y ganó consecutivamente los cinco últimos partidos.

Hubo diversas promesas que se cumplieron, como la de Barasoain y su familia, que fueron andando desde Bilbao a Arrate vestidos con símbolos del Eibar. Gaizka Garitano se tiñó el pelo de rosa, otros miembros del club se raparon el pelo o hicieron la parte final del Camino de Santiago desde Viveiro. Entre los aficionados, las promesas cumplidas también fueron numerosas y variopintas.