
El balón parado y la pegada de Aduriz dejan sin premio a un valiente Eibar en San Mamés
Borja Bastón, bigoleador, adelantó a los armeros pero el Athletic se mostró superior
El Eibar no pudo sumar su quinta victoria consecutiva y cayó derrotado en él siempre difícil San Mamés por 5-2 en un partido en el que el Athletic fue superior aunque los armeros no merecieron tan fuerte castigo.
El partido no pudo comenzar mejor para el equipo de Mendilibar. En el minuto 4, Keko dio un gran pase a Capa, que avanzó con velocidad, centró al área y tras dejar pasar Sergi Enrich, el balón llegó a Borja Bastón quien, libre de marca, batió a Herrerín de tiro raso y esquinado.
El Eibar jugaba un buen fútbol y dominaba a su rival, que empezó a tener dudas pero Aritz Aduriz salió al rescate con un gran gol de volea en el minuto 13. Era un momento en el que la defensa del Eibar estaba mermada por la lesión de Iván Ramis, con problemas en los isquiotibiales, y que tras el tanto fue sustituido por Pantic.
Apenas habían pasado nueve minutos cuando Saúl Berjón tuvo en sus botas el 1-2 al quedarse solo ante Herrerín pero su disparo impactó en el larguero.
El Athletic, por su parte, no desperdició sus ocasiones, En el minuto 27, un córner botado por Beñat fue peinado a la red, sin oposición, por Sabin Merino. Antes del descanso los rojiblancos abrieron aún más la cuenta otra vez a balón parado. Beñat botó una falta y Laporte, sin apenas oposición, remató a la red.
El Eibar no se arredró en la reanudación y no tardó en encontrar su recompensa en el minuto 49. Un incisivo Keko Gontán fue derribado por Aymeric Laporte y el consiguiente penalti fue transformado magistralmente por Borja Bastón, que lograba su decimocuarto tanto en Liga.
No habían pasado tres minutos cuando Aduriz volvió a desenfundar con una gran volea con la zurda para establecer el 4-2.
Lo siguió intentando el Eibar pero no fue capaz de mandar en el partido, que poco a poco fue perdiendo intensidad.
El 5-2, excesivo castigo para el Eibar, llegó en el minuto 80 cuando Mauro Dos Santos marcó en propia puerta en su intento por despejar un centro de Lekue hacia Aduriz.
Pudo reducir distancias Keko con una vaselina en el último minuto pero el partido no dio más de sí. Los numerosos aficionados armeros se volvieron a Eibar de vacío pero con la satisfacción de ver un gran encuentro con siete goles en el que su equipo tuvo sus oportunidades y no bajó los brazos en ningún momento.